En agosto de 2013 decidí unirme a un proyecto de venta de muebles antiguos provenientes de Santiago del Estero. Este negocio lo había iniciado un año antes quien fue mi socio por un tiempo, hasta que Zamba evolucionó en un rumbo diferente.
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Como habíamos comenzado a fabricar nuestras propias alfombras y muebles, decidí viajar junto a mi marido Alejandro a Santiago del Estero para conocer a quienes estaban detrás de la manufactura de nuestros productos.
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Era mi primer viaje a Santiago del Estero y desde un primer momento su geografía y su gente me impactaron y quedaron grabadas para siempre en mi mente. No encuentro otras palabras para describir lo que significó este viaje para nosotros y para Zamba más que decir que fue amor a primera vista. Un viaje sin retorno. Comprendí que este era el proyecto que tanto había estado buscando. Y desde ese momento mi compromiso ha sido total.
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Hoy en día seguimos trabajando con esos mismos carpinteros que conocimos en esta primera aventura. Las teleras fueron otra historia, pero después de ya unos cuantos años estamos felices con haber conocido a las Warmi de Adobe con quienes seguimos fortaleciendo nuestra relación cada vez más.
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En cuanto al viaje en sí, decidimos realizarlo en auto, haciendo noche en Rosario. Al día siguiente llegamos al sur de la provincia de Santiago del Estero y tuvimos la oportunidad de visitar a nuestra telera en su casa. Luego fuimos a la carpintería donde conocimos al padre y al hijo, empezando así a generar relaciones que durarían una vida. Esa noche dormimos cerca de allí y al día siguiente volvimos directo a BsAs, con las valijas llenas de sonrisas, proyectos y sueños.
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